Bolsas plásticas suspendidas con agua, incluso aire; son algunos de los elementos que ha rescatado de sus experiencias personales y creencias populares de su entorno; usadas comúnmente en algunas regiones del trópico para espantar moscas e insectos a la hora de la mesa, vivencias que han sido el punto de partida para su obra.
Villabón enaltece su obra a través de la imaginación y desde una perspectiva onírica refleja lo que representa el plástico en nuestras vidas, cómo a través de trazos y sellamientos lineales de-construye objetos que nos acompañan siempre, elementos que nos rodean y que están involucrados en sueños y pesadillas, que también inciden en nuestra manera de observar y como revelan nuestras obsesiones.
La luz sobre objetos y superficies de distintos materiales le da vida a algo según la mirada, a formas que están en nuestro inconsciente o en nuestra costumbre, a figuras e imágenes familiares. Trata siempre de que cada una de sus composiciones transmita emociones ambiguas y preguntas, buenas reflexiones, los objetos son luminosos, vacíos y a la vez muy oscuros, aún más que el fondo.